SANTO EVANGELIO Y REFLEXION DEL DIA MARTES 12 DE DICIEMBRE DEL 2017(orem...



LECTURAS DEL MARTES II DE ADVIENTO 12 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE PATRONA DE AMÉRICA (BLANCO O AZUL)…

Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor…


 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ap 12, 1
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.
Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
O Bien:
Yo soy la madre del amor. Vengan a mí los que me aman.
Del libro del Eclesiástico: 24, 23-31
Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales.
Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran tendrán una vida eterna.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 66
R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que dama: “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN   Lc 1, 47
R/. Aleluya, aleluya.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador. R/.



Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-48
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos, como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio: La Virgen María, signo materno del amor de Dios.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque en tu inmensa bondad has querido que la Madre de tu Hijo, bajo el título de Guadalupe, fuera especial Madre nuestra, refugio y Señora, presencia viva en la historia de este pueblo tuyo.
Ella, mensajera de tu verdad y signo materno de tu amor, nos brindó compasión, auxilio y defensa, y hoy nos invita a reconciliarnos contigo y entre nosotros, y a proclamar el Evangelio de tu Hijo, para hacer que florezcan en nuestras tierras la fraternidad y la paz.
Por eso, con todos los ángeles y los santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 147, 20
No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que acabamos de recibir en este sacramento, nos ayuden, Señor, por intercesión de santa María de Guadalupe, a reconocernos y amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Evangelio del día: La Santa Madre de Dios ha visitado al pueblo de América…

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San Lucas 1,39-48 – Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe: Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador…

Evangelio según San Lucas 1,39-48

La visitación de María a su prima Isabel: En aquel tiempo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán Bienaventurada”Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco

Cuando María se apareció a San Juan Diego en el Tepeyac, se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios” (Nican Mopohua); y dio lugar a una nueva visitación. Corrió premurosa a abrazar también a los nuevos pueblos americanos, en dramática gestación. Fue como una «gran señal aparecida en el cielo … una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies» (Ap 12,1), que asume en sí la simbología cultural y religiosa de los pueblos originarios, anuncia y dona a su Hijo a los nuevos pueblos de mestizaje desgarrado.
Tantos fueron los que saltaron de gozo y esperanza ante su visita y ante el don de su Hijo y la más perfecta discípula del Señor se convirtió en «la gran misioneraque trajo el Evangelio a nuestra América»
[…] La Santa Madre de Dios visitó a estos pueblos y quiso quedarse con ellos. Dejó estampada misteriosamente su sagrada imagen en la “tilma” de su mensajero para que la tuviéramos bien presente, convirtiéndose en símbolo de la alianza de María con estas gentes, a quienes confiere alma y ternura.
[…] En las maravillas que ha realizado el Señor en María, Ella reconoce el estilo y modo de actuar de su Hijo en la historia de la salvación. Trastocando los juicios mundanos, destruyendo los ídolos del poder, de la riqueza, del éxito a todo precio, denunciando la autosuficiencia, la soberbia y los mesianismos secularizados que alejan de Dios, el cántico mariano confiesa que Dios se complace en subvertir las ideologías y jerarquías mundanas. Enaltece a los humildes, viene en auxilio de los pobres y pequeños, colma de bienes, bendiciones y esperanzas a los que confían en su misericordia de generación en generación, mientras derriba de sus tronos a los ricos, potentes y dominadores.
El “Magnificat”, así nos introduce en las “bienaventuranzas”, síntesis y ley primordial del mensaje evangélico. A su luz, nos sentimos movidos a pedir una gracia, la gracia tan cristiana de que el futuro de América Latina sea forjado por los pobres y los que sufren, por los humildes, por los que tienen hambre y sed de justicia, por los compasivos, por los de corazón limpio, por los que trabajan por la paz, por los perseguidos a causa del nombre de Cristo, porque de ellos es el Reino de los cielos.
[…] Suplicamos a la Santísima Virgen María, en su advocación guadalupana, a la Madre de Dios, a la Reina, a la Señora mía, a mi jovencita, a mi pequeña, como la llamó San Juan Diego, y con todos los apelativos cariñosos con que se dirigen a Ella en la piedad popular, le suplicamos, que continúe acompañando, auxiliando y protegiendo a nuestros pueblos. Y que conduzca de la mano a todos los hijos que peregrinan en estas tierras al encuentro de su Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor, presente en la Iglesia, en su sacramentalidad, y especialmente en la Eucaristía, presente en el tesoro de su Palabra y enseñanzas, presente en el santo pueblo fiel de Dios, en los que sufren y en los humildes de corazón(Solemnidad de la Virgen de Guadalupe, 12 de diciembre de 2014)

Oración de Sanación

Señor mío, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia. Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida. Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre. Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí. Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús. Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: “Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador”. Amén

Propósito para hoy

Confiémonos hoy a la protección maternal de María Santísima, para que nos guarde de todo mal y no siga condiciendo al eterno Amor de los amores.

Reflexionemos juntos esta frase:

“Cuando todo se derrumba, lo que sostiene nuestra esperanza es sólo esto: Que Dios nos ama, que ama a todos” Papa Francisco

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